Second best (Difícil elección)

Estamos ante un film minoritario, tremendamente original y de difícil digestión para el espectador corriente. Se trata de la adaptación fílmica de la novela homónima de David Cook, llevada a la pantalla con enorme sobriedad y convicción por el famoso documentalista y director de fotografía Chris Menges (Oscars de Hollywood por Los gritos del silencio y La Misión), que ha comenzado a destacar como realizador con sendas películas precedentes: Un mundo aparte (1988), su denuncia sobre el “apartheid”, y El abrazo de la muerte (1991).

Ahora, con Second Best, este reconocido cineasta ha sido galardonado con el Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián ’94. Si algo destaca sobremanera en este importante film es, sin duda, la soberbia interpretación de William Hurt, casi irreconocible en su insólito personaje de “padre soltero”, que puede ser uno de los más firmes candidatos al preciado galardón de la Academia de la Meca del Cine (estatuilla que ya obtuvo en 1985 por El beso de la mujer araña). Lejos, por tanto, del típico galán hollywoodiense, Hurt hace una creación inolvidable.

Veamos lo que declararía el propio actor norteamericano: “Lo que une o separa en el cine no es un océano, sino los buenos o malos personajes. Yo, cuando leí este Second Best, dije “es para mí”. Y cuando me senté a trabajar con el escritor (y también autor del guión del film) David Cook, noté que estaba asustado de que yo adaptara el personaje a mí. Pero no creo en eso para nada: yo voy al personaje, no traigo el personaje hacia mí; y esto me garantiza la creatividad. Él temía que yo fuese una estrella de cine en lugar de un actor; pero yo tengo muy claro que, por encima de todo, soy actor”.

Otro de los grandes valores de esta delicada obra artística reside en la profunda humanidad que destila sus bellas imágenes, cuyo dramatismo resulta muy sugeridor en torno al estudio de mentalidades de un pueblo campesino en el País de Gales. Todo ese microcosmos se recrea (y ahí encontramos el tercer gran valor de la película) por medio de la cuidada ambientación del relato, con escenarios y luz naturales, decoración y vestuarios propios (a tal fin, Menges contó con dos grandes diseñadores, Michael Howells y Nic Ede, pues, además, este último ha vivido en aquella localidad galesa desde 1985), lo cual da una mayor autenticidad al drama.

Evitando cualquier tipo de concesiones (pese a la crudeza de algunos diálogos y situaciones), incluso con un “happy-end” nada lacrimógeno (aunque recuerde el mítico final de Ladrón de bicicletas), la sensibilidad y tono crítico-testimonial que ofrece este “Second Best” (El suplente, sería su correcta traducción; y no Difícil elección, como ha sido distribuido en vídeo) obligan a la reflexión íntima del público cultivado al que especialmente va dirigido.

Firma: Redacció