Sicarius. La noche y el silencio

Sicarius es la opera prima, como director, del guionista Javier Muñoz. En ella pretende crear una atmósfera de gravedad y densidad alrededor de un asesino a sueldo. Sin embargo, la sobre-expositiva y omnipresente voz en off del “sicario”, a lo detective de hard-boiled, destruye todo posible clima de sugerencia; por no hablar de la insistencia en mostrar lo burdos que son los ambientes de corrupción político-empresarial.

Por otra parte, hay interés en rodar con cierto detalle los aspectos fotográficos y, a la vez, el montaje respeta muy bien los tiempos de cada escena. No obstante, los personajes carecen de dimensión profunda, pues todo se dice explícitamente en diálogos y pensamientos, con repliques irónicos que suenan a impostados a pesar de los esfuerzos de los actores.

Y quizá el principal problema radica en que no te crees al protagonista y encima te cae mal, pues el guión se encarga de construirlo como un tipo altivo y condescendiente con el espectador, al que considera un incompetente narrativo.

Firma: Lourdes Domingo