Sin hijos

Divertida comedia del argentino Ariel Winograd, especialista del género, que alcanza con esta producción estándares hollywoodianos.

Con un guión desigual, Sin hijos se apoya en todo momento sobre el buen hacer de Diego Peretti y el sorpresivo talento de la niña Manent, que roba escenas incluso a la mismísima Maribel Verdú. Ésta aparece cómoda y eléctrica en un papel que podría haber caído en manos de otra pero que, en aras de la coproducción, ha sido elegido con tiento y mucho acierto. La Verdú convence en la piel de un personaje muy postmoderno que arrasa con los instintos más maternales, reconociendo una aversión tal hacia los niños que hasta su pareja decide ocultarle su orgullosa paternidad.

De ahí salen dos o tres temas actuales entre cuarentones, que Winograd toca con gracia pero con poca profundidad. Refrescante para un verano con escasos estrenos de calidad.

Firma: Anna Puigarnau