Starbuck

El director Ken Scott, iniciado en la especialidad cinematográfica en la Universidad de Québec, comenzó a escribir para la gran pantalla con La vie aprés l’amour, en el año 2001. Otra de sus cintas como guionista, La grande séduction, clausuró la prestigiosa Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes. Starbuck es su segunda película como director y su segunda colaboración con el humorista canadiense Martín Petit. Ambos basaron su primera idea en un posible padre biológico con 155 hijos. Más tarde conocieron la existencia real de un padre ¡con 533! Y decidieron incorporar al guión esta insólita y prolífica descendencia.

Scott intenta sorprendernos, y lo consigue, al principio de la cinta con unas especiales secuencias de excesivo realismo para demostrar los prolegómenos que usa el protagonista para lograr el fin esperado como donante biológico. Afortunadamente es solo una “boutade” inicial. A partir de ahí el guión se adentra en la verdadera psicología de un personaje controvertido dentro de su simpleza, preocupado por sus problemas económicos y sin soluciones aparentes que le allanen el transcurso de una vida con muy pocos estímulos.

El actor canadiense Patrick Huard, fielmente identificado en el papel protagonista, ya fue galardonado en el Festival de Cine de Valladolid 2011 (Seminci), como Mejor Actor, por su veraz interpretación en esta película.

En el justo momento en que un grupo de aquellos hijos desconocidos se agrupan, precisamente, para llegar a conocer al verdadero artífice de sus días, es cuando la cinta nos desvela sus mejores objetivos. Aquel David Wosniak, hasta el momento ignarado por todos, en su contacto con las virtudes o flaquezas, e incluso sensibles carencias físicas de alguno de ellos, adquiere una fuerza humana y una denodado interés por los problemas de los demás, características que le convierten en un hombre maduro, desconocido hasta entonces y con plena asunción de su nuevo horizonte.

Todos salen ganando porque entre unos y otros logran intercambiarse afecto, cariño, comprensión y ayuda. La verdadera esencia de la vida. Bastante más que una simple comedia.

Firma: Joaquín Guitart