Tadeo Jones 2: el secreto del rey Midas

Entre paellas, gitanos y una Sevilla muy colorida, nuestro aventurero más internacional vuelve en esta segunda entrega para mostrar que el cine animado de nuestro país también está a la altura.

La dirección cae de nuevo en manos de Enrique Gato, así como también repite de guionista Jordi Gasull. Para contextualizar a aquellos que se hayan perdido la primera parte solamente remarcar que este tándem, con algunos guionistas más, recaudó 18 millones de euros en 2012.

Y pese a la cara de asombro que se nos queda, es bueno recordar que los números no son siempre sinónimo de calidad. La difusión que les dio Mediaset en telediarios, programas, canciones, etc., sumado a un gran merchandising, hizo que el público acogiera un film bueno pero no excelente. La realidad es que los estudios Lightbox han hecho un gran esfuerzo para estar a la altura de la animación de hoy en día. Sin embargo, el guión decae en ciertos momentos.

Por un lado, el explorador de la gran manzana viene a España para salvar el mundo otro vez y, como era de esperar, lo hará con sus compañeros de viaje: el loro Belzoni, su perro Jeff y una rata cuyos ojos salen disparados. Estos personajes, junto con Sara (que vuelve a parecer operada) muestran una evolución lógica, aunque se les podría haber sacado más jugo.

Por otro, la dosis de amor que trae el romance entre la arqueóloga y Tadeo viene acompañada por una pincelada de búsqueda de identidad en el personaje de la momia. Esta asunción de modas, tan frecuentada ya en las películas infantiles de nuestros tiempos, aquí se materializa en pendiente, vestido y un beso a Tadeo poniendo el contrapunto al “típico” romance.

Y para terminar con lo que atañe al guión, hay que remarcar que el ritmo frenético no recae en giros inteligentes sino en muchos chillidos y ruido. Por eso, la trama carece de originalidad y, en ocasiones, de buen gusto.

Y a pesar de que alguna broma solo la entenderemos en España, Tadeo Jones 2: el secreto del rey Midas quiere saltar exportando, una vez más, nuestros clichés al mundo. Estos vienen envueltos con una llamada a la conciencia y a la responsabilidad antes que al afán de hacerse un hueco en la Historia. Un mensaje que llega como anillo al dedo para los más pequeños del hogar.

Firma: Carla Sciamma