Ted 2

Seth MacFarlane no sorprende con esta segunda parte, en la que repite la fórmula de drogas, sexo y bromas groseras a manos de un oso parlante que, al ser tal, tiene todas las licencias para decir y hacer lo que quiera sin que la gente se sienta ofendida.

Aunque, prácticamente, la película es melliza de la primera, hay que reconocer que el tono es más suave y más relajado que la irreverente predecesora. Busca mostrar una actitud más amable haciendo, a lo largo del film, un recorrido paródico de géneros y películas clásicas que, en realidad, no encaja en la narración por ninguna parte con unas escenas y réplicas enganchadas con pega de tubo de los chinos.

En el fondo, el director se sirve de una historia básica, que no tiene ningún tipo de interés, para enlazar los diferentes gags y frases que construyen el film. De hecho, el guión llega a ser de mal gusto al tratar de forma seria, pero en un contexto de burla, los derechos humanos, haciendo referencia y comparándose a hitos que han marcado un antes y un después como la aprobación de la decimotercera enmienda.

Prácticamente dos horas de una película que en teoría gira alrededor de un juicio. Menos mal que Lumet o Wilder ya no están con nosotros y no tienen que soportar esto.

Firma: Javier de la Llave