Transformers: El último caballero

Diez años después de los inicios de la saga, regresan a las pantallas los gigantes mutantes más famosos de los últimos tiempos. Poca novedad en una película cuyas dos horas y media resultan igual de intensas y monótonas que las cuatro anteriores entregas de Michael Bay.

Cuando se trata de una secuela de ciencia-ficción que no está basada en la profundidad de un personaje sino en un grupo, resulta difícil aumentar el nivel de interés y entregar algo coherente. Pese a que otorgue un poco más de humanidad a los protagonistas respecto a los anteriores films, el estilo acelerado de Bay no permite colocar hondura en el esqueleto. Acostumbrados a sagas como La guerra de las galaxias, Transformers no destaca por un guión especialmente insólito. Por eso, como resultado tenemos: algo con potencial que termina por ser bastante ordinario para lo que la audiencia pueda esperar.

Sí que es cierto que, en medio de esta vulgaridad, despuntan algunos rasgos. Por ejemplo, el largometraje vuelve a impresionar por sus efectos especiales y espectacularidad. Este exhaustivo trabajo termina por marear en algún momento. Sin embargo, atrapa al espectador y envuelve la historia. La monumentalidad de las escenas finales marcan una nueva victoria a Paramount.

Anthony Hopkins (ganador de un Oscar por El silencio de los corderos) también nos sorprende con un papel en el que interpreta a un lord Inglés. No se entiende muy bien qué hace en una producción de este calibre. No obstante, aporta el contra punto de seriedad que se necesita.

Al mismo tiempo, también tenemos otro hecho que nos impacienta e inquieta: la sensualidad no resuelta entre los protagonistas. El guión reprime sucesivamente su pasión, lo que hace que, durante gran parte del film, insinúen varias bromas picantes fuera de tono para el público al que se quiere dirigir Transformers.

Y como leitmotiv, nos volvemos a encontrar con la valentía por compromiso con quien a ojos de la sociedad es malo. Estos valores harán desmontar esquemas y cambiar roles en una película en la que los protagonistas han evolucionado y donde se revelan más secretos del mundo de las máquinas.

Firma: Carla Sciamma