Un día perfecto para volar

Marc Recha presentó, en la sección oficial del Festival de San Sebastián de 2015, este relato personal protagonizado por su propio hijo y por él mismo. Pues Un dia perfecte per volar es el cuento que le cuenta cada mañana camino a la escuela y del que ha querido dejar constancia como testamento para su hijo Roc.

A través de la voz en off del niño y de sus brincos por el campo, nos adentramos en una historia sobre la infancia, la paternidad y el amor; todo desde su visión pura e infantil, que va más allá de la imaginación.

La cámara sigue bien los movimientos del chico, sus gestos y miradas espontáneos y la entrañable relación entre Sergi y Roc, interpretaciones sobrias y auténticas por ambas partes.

Marc Recha emplea el sonido y el encuadre de la naturaleza para hacer que el espectador se maneje entre dos mundos: el real y el imaginado. En este entorno, el objetivo es provocar la admiración ante las pequeñas cosas que nos rodean, tanto en las relaciones humanas diarias como en la contemplación del cosmos.

Aunque le falta algo acción y en algún momento se hace lenta, la película no pretende más: es un juego entre lo real y lo ficticio, una visión constructiva y positiva de la paternidad, del valor de estar con los hijos, jugar e invertir tiempo con ellos.

En palabras de su creador, este film habla de la ausencia y de la fantasía infantil que rellena ese espacio, pero sin dejar de acompañar al chaval en ningún momento para que sea libre para volar, como la cometa.

Un dia perfecte per volar es un relato diferente a los que estamos acostumbrados, una pequeña joya para un público dispuesto a contemplar y a dejarse llevar de la mano de un niño de los de verdad.

Firma: Begoña Arribas