Un intercambio por navidad

Un film nórdico que tiene sus mejores bazas en su brevedad e intención de recuperar la alegría navideña.

Entre los grandes estrenos navideños y el bombardeo de melosos telefilms con los que llevamos preparando la Navidad audiovisual más o menos desde octubre, se cuela esta pequeña historia que llega desde las frías y boscosas tierras de Noruega.

El relato es simple y breve, apenas sobrepasa la hora, pero está cargado de buenas intenciones y realizado con gusto e incluso cierto preciosismo. A través de sus pausadas escenas, se intenta recordar el carácter familiar de la Navidad o la recuperación de la alegría cómo medio de vida fundamental. Es cierto que se pone el acento más en lo mágico que en lo espiritual como, por otra parte, es lo habitual en la mayoría de las producciones navideñas.

El demérito viene por una excesiva lentitud en la sucesión de acontecimientos y la rigidez de prácticamente todos los personajes, lo que distancia al espectador del film que, sin embargo agradecerá lo breve de la película y la sinceridad de su espíritu navideño.

Firma: Esther Rodríguez