Un italiano en Noruega

Gennaro Nunziante vuelve a formar dúo con Checco Zalone en esta cuarta entrega juntos y no defrauda. Después de Sole a catinelle o Che bella giornata –títulos con los que arrasaron la taquilla italiana– Un italiano en Noruega viene con dos ases bajo la manga que hay que ver cómo encajan en España.
Por un lado, hemos de contar con el hecho de que Checco Zalone es un comediante, cantante y showman muy reconocido solo en Italia. No obstante, su brillante interpretación seguro que atrae a todos. Y por otro lado, le preceden películas con la misma temática que han triunfado en nuestra taquilla.
Al público le gustan las caricaturas de alguien muy regional que, por factores adversos, se muda y ve peligrar sus costumbres, tales como Bienvenidos al norte o Ocho apellidos vascos. De eso va, precisamente, Un italiano en Noruega. A base de clichés, nos describe a un italiano muy mediterráneo y al ineficiente sistema público, en contraposición, no solo con Noruega, sino con muchos otros estereotipos de eficiencia y tradición.
Los gags empiezan atropellándose, arrancando sonrisas mientras vamos conociendo al personaje. Sin embargo, poco a poco, el ritmo se encalla, pero como ya se ha entendido el patrón, son las carcajadas de la sala las que se suceden.
No vayamos esperando una obra de arte, aunque sí una comedia no muy grosera, con la que seguro que pasaremos un buen rato.
Firma: Carla Sciamma