Mejorable film con inmejorables actuaciones de Jeanne Moreau, toda glamour a sus 84 añazos, dándole a la cámara y al personaje el peso exacto que necesitaban para sacar adelante una historia de soledad y decrepitud, a la que viste de comedia con su porte desafiante y su mirada ácida; la misma que le hizo triunfar en el cine de los años 50.
Esta producción del estonio Ilmar Raag recoge unos apuntes autobiográficos de su propia madre, algo que se palpa en el guión. Hay mucha verdad en ese duelo entre Moreau y Mäigi, entre París y Estonia, entre la elegancia y la vulgaridad, entre el encierro y la libertad, entre el presente y el pasado y, aunque la puesta en escena de tantos conceptos contrapuestos le aporte a la película cierta lentitud, no le sobra ni una línea a este guión que logra hacer hace brillar a sus tres protagonistas.
La muy báltica y descolorida Mäigi está a la altura del desafío. Vale la pena observar de qué forma consigue el equilibrio perfecto en esta balanza en la que se miden mundos tan opuestos.
Una pequeña obra de cámara que supera de largo Klass (2007), la anterior y violenta creación de Raag que, con este estreno, da un paso adelante en su interesante pero corta carrera cinematográfica.
Firma: Anna Puigarnau
Director: Ilmar Raag
Guionistas: Agnès Feuvre, Ilmar Raag, Lise Macheboeuf
Intérpretes: Jeanne Moreau, Laine Mäigi, Patrick Pinneau
País: Bélgica, Estonia, Francia
Fecha estreno: 24/07/2015
Lenguaje: Coloquial
Frida es una octogenaria, rica, sola y cascarrabias que, tras un intento de suicidio, debe aceptar las disposiciones de Stèphane, un ex amante cincuentón que la soporta y la acompaña en su declive. La idea de este buen hombre es traerle de Estronia a una asistente. Frida y Anne comparten las mismas raíces, pero eso no ayudará a la paz doméstica que Stèphane busca para Frida.
Título original: Une Estonienne à Paris
País: Bélgica, Estonia, Francia
Duración: 94'
Fecha producción: 2013
Distribuidora: Good Films
Color: Color