Urga, el territorio del amor

Magistral película del famoso actor y realizador soviético Nikita Mikhalkov (Ojos negros), que ganó el Festival de Venecia de 1991. Estrenada en España con más un año de retraso debido a su carácter tremendamente minoritario, es una obra de gran brillantez formal y de singular calidad artística y humana. Con un equipo creador ruso-francés y la colaboración de técnicos chinos, el equipo artístico estuvo compuesto por sólo tres actores profesionales; el resto eran pastores de la zona. Asimismo, aprovechando los espléndidos escenarios naturales, el film posee una estética y ambientación exquisitas, aunque abusa del virtuosismo de la imagen.

Mientras que las sorprendentes secuencias oníricas destacan por su originalidad y cierto estilo vanguardista, el lirismo y la emotividad, los sentimientos solidarios y el sentido de la amistad también están presentes a lo largo de la narración. Urga es una fábula crítico-evocadora sobre las interrelaciones entre pasado y futuro, al propio tiempo que defiende las raíces de un pueblo ancestral. De ahí que el evolucionado personaje ruso admire la sencilla vida del pastor y decida huir finalmente de la civilización desarrollada (muy logrados los apuntes consumistas, sobre todo la secuencia de la discoteca) para integrarse en esa familia mongola.

Veamos, al respecto, lo que ha declarado su realizador: “Mongolia es muy interesante porque es una cultura que se rige por las leyes de China. Lo encontré como una contraposición a nuestra vida cotidiana… En Mongolia encontré una vida, digamos, vertical, en armonía con la naturaleza. Un camino que aquí, en Europa, hemos perdido. No me gusta lo que ahora llamamos progreso, me asusta. Perdemos nuestras raíces”, concluye el hoy disidente Mikhalkov. Con todo, la película resulta bastante cerrada a nivel de intelección e ideológicamente un tanto ambigua. No exenta de algunas actitudes primitivas, Urga, El territorio del amor tampoco escatima con una breve escena erótica que el director corrige por medio de la elipsis.

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