Whiplash

Éste es el segundo trabajo del director y guionista Damien Chazelle, al que la suerte le ha sonreído profusamente con este Whiplash premiado en un gran número de festivales cinematográficos. Valladolid, Vancouver, Sundance, North Texas, Las Vegas y otros muchos son testigos del éxito de esta producción estadounidense, con la reciente y feliz noticia de la concesión del Globo de Oro como Mejor Actor Secundario para J.K. Simmons, en el destacado papel del exigente profesor del Conservatorio.

Whiplash, título de la composición de jazz con la que el profesor pone a prueba a los componentes del conjunto es, por lo que respecta a su expresión en imágenes, una película de remarcada dualidad. Prácticamente, puede afirmarse que profesor y alumno son los protagonistas de un noventa por ciento de las secuencias.

En síntesis, un profesor exigente -al tiempo que despreciativo y malhablado- trata sin consideración -hasta llegar a la violencia- a un alumno que pone todo su esfuerzo e interés en alcanzar la gloria en su especialidad. Visto así es un argumento que el cine ha tratado en diversas ocasiones basado en temas militares, enfrentando mandos con subordinados, etc. Ahora, la contienda se centra en el mundo de la música con dos extraordinarios “púgiles”: Milles Teller en el rol de alumno y J.K. Simmons en el de profesor, realmente extraordinario éste último en uno de los mejores papeles de su carrera cinematográfica.

La cámara de Sharon Meir sigue a ambos protagonistas con una notable profusión de primeros planos, proporcionando la fuerza gestual que requiere su continuo enfrentamiento verbal y didáctico. Todo lo demás es música, buena música del jazz clásico de todos los tiempos. Como muestra de ello una fantástica Caravan, pieza que ya hicieron famosa en su tiempo grandes artistas como Duke Ellington o Charlie Parker. Y que los antiguos aficionados, como el crítico que firma esta crónica, agradecerán en grado sumo.

Firma: Joaquín Guitart