Expediente X (2016)

Expediente X

Análisis

“El que mucho abarca poco aprieta”, “la avaricia rompe el saco” o “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” son algunas de las sabias sentencias que el refranero popular podría aplicar a esta décima temporada de Expediente X. Comienzo por la tercera.

El creador de esta serie, Chris Carter, decidió terminarla en la séptima temporada. Todos sus episodios estaban cuidadosamente pensados para ir cerrando las distintas líneas argumentales que se habían ido abriendo en las temporadas anteriores. Con el detallismo, calidad y minuciosidad con el que se había realizado toda la serie, los capítulos de la séptima fueron concluyendo historias con cierto aire de emocionado homenaje. Como culmen del asunto, el último capítulo tendría lugar en mismo sitio y con los mismos protagonistas que el episodio piloto. Sin embargo, los productores de la Fox vieron con terror cómo se cerraba uno de sus programas estrella y presionaron a Carter para que continuase al menos dos temporadas más. Carter cedió y las aventuras de Expediente X continuaron a pesar de que David Duchovny, el actor que encarnaba a Fox Mulder, tenía ya otros compromisos, por lo que hubo que fingir una absurda desaparición del personaje para justificar su ausencia en una serie que básicamente tenía unos protagonistas únicos, es decir, Mulder y Scully.

A pesar de ello, el buen hacer de guionistas y realizadores en general, empujados por la inercia de varios años de un trabajo impecable, consiguieron que las dos temporadas extra no naufragaran y, aunque perdieron público y credibilidad, consiguieron afianzar a los incondicionales con esporádicas apariciones de Mulder, estirando la teoría de la conspiración e incorporando a dos nuevos agentes que se encargaban de mantener en alto el protagonismo indiscutible del Scully y del ausente Mulder.

Parece que como no consiguieron destrozar la serie la primera vez lo intentan ahora. No había ninguna necesidad de prolongar una historia que ya no daba más de sí en sus temporadas ocho y nueve. La emoción que, a pesar de todo, tuvo el que hasta ahora era el capítulo final, pierde su encanto si nos reencontramos en esta décima entrega a sus protagonistas tan desmejorados y deprimidos. [Cierto es que ya se rompió el encanto cuando en 2008 se estrenó Expediente X: Creer es la clave. Pero pasó, gracias Dios, tan desapercibida y tenía tan poco que ver con la serie original, que los aficionados casi conseguimos olvidarla]. Y ahora tropiezan otra vez con la misma piedra de una prolongación innecesaria que además, por lo visto estos primeros y decepcionantes capítulos, amenazan con destruir definitivamente el buen recuerdo que la serie había dejado. Lo que nos lleva inevitablemente a sentenciar que “la avaricia rompe el saco”.

Y en cuanto a que “el que mucho abarca poco aprieta”, no hay más que pasarse por el inicio de esta temporada diez. Todos los ingredientes que en los 90 habían ido apareciendo sabiamente dosificados a lo largo de siete años se mezclan atropelladamente, sin orden ni concierto, en los dos primeros capítulos; algo imposible de comprender para el espectador neófito y mareante y deprimente para el aficionado anterior.

Sin embargo, lo verdaderamente negativo de esta última y superflua temporada es su alejamiento de lo que hizo a Expediente X convertirse en una serie única y mítica. Por lo visto en los cuatro primeros episodios es difícil reconocer a los protagonistas de las anteriores. Mulder ha perdido el idealismo y Scully acusa un exceso de afectación con continuos accesos de lágrimas. Supongo que este perfil se ha seleccionado para plasmar lo que el paso del tiempo y el cierre de los Expedientes X ha provocado en sus protagonistas, pero no es lo que el espectador busca en este programa.

Si se trata de atraer a un público nuevo, entonces no deberían hacer tantas referencias a hechos anteriores, dándolas por sabidas, pues el neófito asiste a ellas sin entenderlas ni poder empatizar con los lloros de Scully o el escepticismo de Mulder. Y al espectador veterano no le emociona el recuerdo de aventuras pasadas si vienen encarnadas en estos agentes de la ley tan alejados de la imagen que se habían labrado a lo largo de los siete años anteriores.

Tampoco es reconocible el tono general de la serie. Uno de los activos que hizo grande a Expediente X fue la elegancia y seriedad con la que se trataban los temas. A pesar de lo macabro de algunas aventuras, se evitaba el morbo, se cuidaba el vocabulario, y hasta lo más escabroso se recubría de una profesional delicadeza. Mulder y Scully eran los únicos policías de la televisión o del cine que no comían o bebían sin cesar en su oficina o en las vigilancias en coche. Puede parecer un comentario esnob, pero esa novedosa frialdad fue lo que hacía posible contar historias extraordinarias sin volverlas desagradables. Y todo ese tono salta por los aires en esta temporada diez, donde ya hemos visto descuartizamientos, contrapicados abusivos, desorden generalizado en el despacho y un coqueteo sexual de Scully que resulta sacrílego para el verdadero aficionado.

En la serie primigenia esporádicamente aparecían capítulos cargados de humor que rebajaban la tensión y conseguían mayor complicidad entre el público y los protagonistas. Del mismo modo, los aspectos personales de ambos agentes iban apareciendo para que de manera natural fuesen ganando confianza mutua entre ellos (y entre ellos y el aficionado). Pero en lo que llevamos de temporada diez ya hemos visto la intimidad de los policías sin venir a cuento y un capítulo supuestamente humorístico que solo confirma lo errático de esta fórmula subvertida.

En definitiva, y tristemente, podemos concluir que esta nueva entrega de Expediente X es una autoparodia sin sentido; un auto-homenaje irreverente que tira por tierra el excelente trabajo que entre 1994 y 2001 hicieron Carter y compañía. Y también, un trabajo poco serio que, por decir algo positivo, nos hace valorar aún más las nueve primeras temporadas.

Firma: Esther Rodríguez

ficha técnica

Género: Serie

Subgénero: Ciencia-ficción

Año: 2016

Cadena:

Intérpretes: David Duchovny, Gillian Anderson

Presentador: -

Público

+16 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Expediente X arriba a la temporada deu. Els agents Mulder i Scully van abandonar el FBI en ser clausurats definitivament els Expedients X, el departament on treballaven resolent casos sinistres, inexplicables o relacionats amb una possible invasió alienígena. Una complicada conspiració governamental els va apartar del seu treball i els va perjudicar greument la seva vida personal.

Més de deu anys després, el seu antic cap Walter Skinner els localitza i els convenç que tornin a l’agència i es facin càrreg- del recentment reobert departament d’Expedients X. La necessitat de buscar respostes els porta a acceptar i enfrontar-se a nous casos.

https://youtu.be/rsBX-8vWgCc

Título original: TheX-Files

Creador: Chris Carter

Director: Chris Carter, Glen Morgan, James Wong

Guión: Chris Carter, Glen Morgan, James Wong

Productora: Fox Television Studios

Duración: 42'

País: EE.UU.

Temporada: 10

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