Maravilloso documental que descubre la esencia más intimista, personal e irreverente de Frida Kahlo. Fue una mujer avanzada a su época y con una vida algo turbulenta debido a su prematuro accidente y su matrimonio.
Maravilloso documental que descubre la esencia más intimista, personal e irreverente de Frida Kahlo. Fue una mujer avanzada a su época y con una vida algo turbulenta debido a su prematuro accidente y su matrimonio.
Pese a su interesante comienzo, lleno de testimonios, el documental hace aguas cuando muestran durante largos minutos la grabación del espectáculo realizado en el teatro, con poca maestría u originalidad.
La propuesta de Carla Subirana destaca en la filmación del paisaje costero y en la firme interpretación protagonista pero, en su conjunto, resulta irregular a causa de un guion y personajes inverosímiles.
Marina Foïs sostiene el peso de la película con su versátil interpretación. Sin embargo, la obra no acaba de afianzar un discurso claro que cale en el espectador y termina siendo un fugaz guiño a la obra de Spielberg.
Este western desaprovecha al dúo liderado por Christoph Waltz y Willem Dafoe y cae en un tedio argumental. Aun así, sin proponer nada nuevo y con pocas pretensiones, logra entretener por momentos.
Este admirable documental destaca especialmente por la actitud de Juan Carlos Unzué a la hora de afrontar su diagnóstico de ELA. Aunque parezca paradójico, el film está lleno de humor y provoca numerosas sonrisas.
La película trata sobre la comunicación, los secretos y la relación entre las distintas generaciones de una familia. Se propone una reflexión que podría ser interesante, pero el reparto no consigue que nos la creamos.
La cinta cuenta con una buena premisa y algunos momentos de tensión. No obstante, tiende a lo absurdo, con un humor vasto y una fotografía espantosa. Este cuento de terror no logra desarrollarse con eficacia.
Ágil documental al ritmo de la batuta de algunos de los grandes baterías contemporáneos o del pasado reciente que permite disfrutar de un rato agradable. Es dinámico y, como era de esperar, musical.
Aunque el largometraje de Nicolas Vanier contaba con una serie de elementos sugestivos, el conjunto general resulta aburrido por los numerosos clichés y el humor poco elaborado de las conversaciones.