Comedia que sorprende, no solo por su procedencia y por la presencia del asunto árabe-israelí, sino también por sus personajes y por cómo realmente saber decir algo sobre ellos y sobre el secular conflicto.
Esta cineasta india ofrece una vuelta de tuerca a la historia de Cenicienta. A través de una puesta en escena simple pero verosímil, pone de relieve hacia dónde tiene que ir el cambio social para que apueste por la mujer en ciertos países.
Un experimento mágico que muestra la existencia de un pueblo aborigen en Brasil a través de un suceso novelado, pero que queda en una propuesta plana en cuanto a experiencia cinematográfica.
Un drama que narra alteraciones en las orientaciones afectivas de sus protagonistas. El dibujo es triste y extremo, aunque no exento de acertadas observaciones.
Sorprendente y, por momentos, desconcertante mosaico visual de Bi Ga. La historia de amor de los protagonistas parece estar dentro de un caleidoscopio, donde los colores, vidrios y prismas son mucho más importantes que el guión.
Pese a estar bien ejecutada y ser muy veraz en lo que cuenta, el director aporta un tinte desesperanzado (bajo un afán de ser humanista) a un film en el que debería resaltarse la alegría.
Un film de temática homosexual que abunda en la situación que vivía, en los 90, una parte de este colectivo. Su propuesta narrativa se queda en un documento personal y de marcado existencialismo hedonista.
Una trama muy simple enmarcada en las cuatro paredes de un supermercado que se llega a hacer monótona por la larga duración del film.
Un relato que se vislumbra, por su argumento, esperanzador e interesante pero que, enseguida, la trama se disloca en su cohesión narrativa y de personajes.
Esta historia, inspirada en la ola de racismo en la Hungría de 2009, se expresa con gran belleza y sentido del drama. Árpád Bogdán cruza tres tramas, que trabaja con dureza y esperanza.