Las explicaciones y consejos que encontramos suelen plantearse de forma amena y en un lenguaje entendedor. Predominan los títulos donde se formulan cuestiones con las típicas dudas que se pueden plantear los padres y madres.
Aunque en ocasiones algunos temas son abordados de un modo poco conciso o sin entrar en demasiados detalles, haciendo que resulte menos práctico de lo que se presuponía inicialmente. En cambio, encontramos artículos y contenidos que sí resultan más precisos o incluyen información de interés que llega a resolver las dudas planteadas. Este es el caso de la entrevista realizada al Dr. Daniel Rama sobre
La adicción a los videojuegos ¿cuándo suponen un problema? Le resta algo de usabilidad el hecho de que algunos de estos contenidos de interés quedan un tanto ocultos dentro de los especiales o simplemente son incluidos como enlace.
Encontramos algunos planteamientos con los que no coincidimos y que entendemos normalizan hábitos poco saludables, en contra de las recomendaciones de los mayores expertos en la materia y los estudios publicados al respecto. Por ejemplo:
PRIMEROS PASOS DE HÁBITOS SALUDABLES: los rasgos de la personalidad no se hacen particularmente presentes durante los primeros años. Aún así la tecnología puede estar al servicio del desarrollo de hábitos saludables y positivos en los bebés sobre los que construir más adelante personalidades equilibradas. La tecnología puede ayudarles a abrir los ojos al mundo, a la belleza y a la armonía, convertirse en un instrumento que les vincule con los demás (padres, hermanos). Teniendo cuidado para evitar que una excesiva exposición pueda transformarse en ansiedad, obsesión y una falta de imaginación.
A partir de los dos años, cuando ya comienzan a hacer uso con más autonomía de los dispositivos, hay que cuidar que no puedan, por error o casualidad, divulgar información o acceder a contenidos nocivos.
Hay estudios que demuestran los efectos de las pantallas en el cerebro y que la exposición a las pantallas es contraproducente para el desarrollo de los más pequeños. En este sentido, la Academia Americana de Pediatría recomienda no exponer a menores de 2 años a pantallas y de 2 a 5 años únicamente 1 hora diaria y siempre acompañados.