Marvel afronta esta secuela tras la muerte de su protagonista con un tacto que nadie esperaba. El déficit en efectos visuales se compensa en guion, liderado por la gran actuación de Letitia Wright.
Marvel afronta esta secuela tras la muerte de su protagonista con un tacto que nadie esperaba. El déficit en efectos visuales se compensa en guion, liderado por la gran actuación de Letitia Wright.
Un reparto estelar femenino encabeza esta historia vertiginosa de espionaje, en ocasiones genérica y predecible, pero que consigue su objetivo principal: entretener y amenizar un par de horas.
La mezcla de géneros y tonos, entre los que abunda la víscera y el gamberrismo grotesco, no logra hacer de esta propuesta un film salvable. Se busca la originalidad y se encuentra el tópico.
Jordan Peele intenta repetir el éxito cosechado con Déjame salir. Su propuesta bascula entre el terror convencional y una estrategia más sutil que a ratos desconcierta al espectador más acomodado en el género.
Disney nos presenta un reboot de la miniseries de seis episodios Black Panther. En ella mantiene la frescura africana y la combina con lo más puntero de la acción. Una película que se aleja de lo estridente y va destinada a un amplio público; desde los amantes de Marvel hasta aquellos que busquen una historia entretenida y bien realizada.