Una filosófica, pero accesible, comedia que se sostiene sobre sus variopintos personajes. Más allá de entretener, el film encuentra un hueco para reivindicar el papel de la educación y otros alegatos más políticos.
Una filosófica, pero accesible, comedia que se sostiene sobre sus variopintos personajes. Más allá de entretener, el film encuentra un hueco para reivindicar el papel de la educación y otros alegatos más políticos.
Un thriller lleno de intriga y dilemas morales que expone una batalla contra la corrupción del Estado. A parte de hacernos reflexionar, la película engancha gracias a sus constantes giros dramáticos.
Un drama biográfico, autoconsciente de su dimensión cinematográfica, que indaga en la figura de un músico cuyo gran éxito nunca llegó. Ficción y realidad se diluyen para mostrar la pasión de toda creación artística.
La yuxtaposición inconsistente de elementos, géneros y tramas hacen que, pese al cuidado aspecto de la obra de Ángeles Hernández, el resultado sea irregular, desconcertante y no acabe llegando a buen puerto.
Terror en su estado más puro y básico. No vale la pena adentrarse en el guion ni en la historia de sus personajes, sino tan solo asistir a una masacre si somos fans del género.
Aunque Nada está llena de elementos a los que no se les encuentra explicación, en su conjunto funciona perfectamente. Es una propuesta refrescante que cuenta con maravillosos personajes y buenas dosis de humor.
Martín Benchimol dirige una especie de documental acerca de una empleada doméstica y su hija que han heredado un castillo. No obstante, el film solo genera preguntas para las que no tiene ninguna respuesta.
Erice estrena su cuarto largometraje treinta años después de El sol del membrillo. A sus ochenta y tres, el cineasta vasco vuelve en plena forma, con su personal estilo autoral en una película sobre la memoria y la identidad.
Esta película ambientada en Jujuy narra una historia sobre el reencuentro familiar, que nos hace entender el viaje introspectivo de un adolescente rebelde con su lenguaje habitual: el silencio.
Marina Seresesky narra una historia a ritmo de tango que, entre drama y comedia, habla sobre amor, amistad y recuerdos. El relato transcurre entre primeros planos, con humor y un toque de ironía.