Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Junichi Satō y Yū Kamatani se alejan de una secuela estricta en esta adaptación del famoso anime en su vigésimo aniversario, y apuestan por un coming-of-age que enternecerá a los fans ya adultos de la serie.
Con una animación cuidada característica del cine japonés, esta tercera entrega narra una bonita y entretenida historia repleta de acción, superpoderes, batallas épicas y héroes con grandes valores.
Hamaguchi retrata las angustias de la clase media japonesa en tres historias cortas con escenas hilarantes fruto de una casualidad o malentendido. Con escenarios sugerentes, el director logra una cinta humana pero irregular.
Desde Japón llega otro drama adolescente con un esquema repetitivo, pero que destaca por su gran optimismo. Con una animación característica del cine oriental, es una apuesta positiva por la vida.
Un relato sobre la maternidad contado con gran delicadeza. Aquellos que no logren conectar con este, quizá sientan que es largo. Los que sí, en cambio, serán deleitados por una película poética y una historia inspiradora.
Los horrores de la guerra en Japón se exponen mediante un thriller de espionaje elegante y comedido. El juego de engaños proporciona sorpresas gratas y la interpretación de los protagonistas deja una sensación agradable.
El personaje creado por Monkey Punch llega a la gran pantalla en formato de animación muy bien resuelta. La propuesta de Yamazaki es entretenida, ágil y bien dibujada para todos los públicos.
Risas aseguradas en este peculiar anime producido por Netflix. Con una técnica low cost, pero un contenido original y fresco, ofrece unos gags extravagantemente hilarantes.
La última entrega de los Digimons se convertirá no solamente en un regalo de despedida para los que crecieron con las aventuras de las digimascotas, sino también en una lección para niños y adultos sobre lo que significa crecer.