¿Qué preocupa a los padres sobre el uso de pantallas?

Resultados de la encuesta

Las conversaciones con madres o padres de hijos de entre 8 y 12 años siempre suelen ser muy reveladoras respecto a cómo afrontar los primeros pasos con los dispositivos móviles, lo que ven o hacen en YouTube y las redes sociales, con quién se relacionan, el tiempo dedicado a los videojuegos, etc.

¿Cuánto tiempo y dónde?

Un aspecto que resulta reseñable es que un 40% de los padres a los que hemos realizado encuestas desde la Fundación Aprender a Mirar afirman que, en sus hogares, no ponen ninguna restricción horaria o de espacio a la conexión de los dispositivos móviles. Por el contrario, el otro 60% sí establece unas mínimas normas de convivencia con las pantallas. Aunque entre estos últimos encontramos disparidad de métodos aplicados, la mayoría limitan el uso sólo al comedor, o lo restringen en el dormitorio y lavabo. En cuanto a los horarios, la mayoría optan por reducir su uso en la mesa durante las comidas y poner límites de tiempo diarios, con mayores concesiones los fines de semana.

Contenidos según la edad

El 80% nunca explicó a sus hijos que existen páginas web no convenientes.

Una de las principales preocupaciones de los encuestados es que sus hijos accedan a contenidos inapropiados. En la medida de lo posible, los padres procuran estar presentes mientras navegan o ven contenidos online. Sin embargo, frecuentemente, se recurre a las pantallas para evadirse (los niños) y tomarse un respiro (los adultos) por lo que, en ocasiones, no prestan demasiada atención. De hecho, la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha publicado una advertencia como ayuda para las familias a la hora de gestionar mejor el uso de medios digitales: “No use la tecnología como un chupete emocional; el móvil puede ser muy efectivo para mantener a los niños tranquilos y callados pero no debe ser la única forma en que aprendan a calmarse; los niños necesitan que se les enseñe cómo identificar y manejar las emociones fuertes”.

No son pocos los que se sorprenden por ciertos comentarios o actitudes de algún youtuber al que siguen sus hijos o se sobresaltan al percatarse de que, quizá, no sea demasiado apropiado para su edad. Aun así, según la Encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de internet de menores y jóvenes en España publicada por el Ministerio del Interior, el 80% confiesa que nunca le explicó a su hijo que existen páginas que no son convenientes para él. Algunos progenitores deciden acercarse activamente al tiempo de “consumo audiovisual independiente” de sus hijos, a fin de conocer sus gustos, intereses y preferencias, pero resulta complejo discernir entre lo que es o no adecuado.

Control parental

El 48% de los padres admite no conocer herramientas de control parental.

Otro dato reseñable de nuestras preguntas a padres es que el 48% admite no conocer herramientas de control parental (de estos, al 40% les gustaría conocerlas). El 52% que sí conoce alguna herramienta de este tipo suele tener asiduamente dificultades a la hora de configurarlas o usarlas de forma eficaz. Aquí debemos poner en la balanza por una parte la intimidad de los menores y por la otra su salvaguarda.

De hecho, ahora con mayor motivo por la entrada en vigor del nuevo Reglamento europeo de protección de datos, los padres deben saber que los menores de 13 años necesitan su consentimiento expreso verificable para registrarse en cualquier servicio online. En otros países esta edad se ha fijado en los 16 años pero, en cualquier caso, no es ningún secreto que muchos menores disponen de perfiles en redes sociales o servicios de mensajería instantánea por debajo de estas edades y que, en ocasiones, sus padres no son conscientes de ello o, si lo son, en ningún momento han prestado dicho consentimiento a la plataforma de turno. Esto puede convertirse en un disgusto a la hora de delimitar responsabilidades en caso de que suceda algún problema derivado del uso del servicio online en cuestión por parte del menor.

Un ejemplo de ello lo hemos podido constatar recientemente con una queja de un padre que nos consultaba cómo cerrar una cuenta de su hijo menor de 13 años en ThisCrush. Se trata de una plataforma para mayores de 18, cada vez más popular entre los adolescentes y que está causando numerosos problemas de ciberbullying. Su hijo había vinculado la cuenta con su perfil de Instagram pero, al desconocer la contraseña, el padre no podía darla de baja. Revisando las cláusulas legales de dicha plataforma, publicadas sólo en inglés, advertimos que eluden totalmente responsabilidades sobre estos casos. Aluden a que si los menores mienten en su edad es responsabilidad de sus padres. En cambio, no ofrecen la posibilidad de que los padres puedan ejercer control sobre los perfiles de sus hijos. Tampoco cuentan con el consentimiento expreso y verificable de los mismos para disponer de sus datos, ni cuentan con ningún apartado para recabarlos. En este caso, no es necesario que las cuentas se vinculen a un correo electrónico, pero sí pueden asignarse mediante un código a los perfiles de otras redes: Twitter, Facebook e Instagram.

Amigos virtuales desconocidos

Por otro lado, conversando con algunos padres, nos hemos encontrado que niños de 10 años ya se inician con el juego online. Sobre todo lo hacen con títulos como Fortnite, un shooter multijugador en el que se relacionan con otros jugadores que no conocen de nada o que podrían tener edades mucho mayores a la suya; con todo lo que ello supone en un contexto de violencia y falta de control sobre las conversaciones que pueden mantener durante las partidas.

Informarse y compartir experiencias

En definitiva, tal como podemos observar, las preocupaciones y dudas suelen ser bastante comunes según la edad del menor, pero el modo en el que se tratan de gestionar estas cuestiones resulta más dispar. En cualquier caso, siempre conviene estar informados y conocer la forma de proceder del resto de padres de los amigos y compañeros de nuestros hijos.