Arrow

Aunque la serie está basada en el clásico justiciero de DC Cómics, Flecha verde, Arrow no pretende ser la recreación audiovisual de unas historias concebidas para el papel. Por el contrario, esta ficción nace con personalidad propia y con la intención de crear un nuevo universo para el superhéroe denominado “El arquero” o “El encapuchado”.

El personaje protagonistas, interpretado por Stephen Amell, es un ser atormentado por los errores del pasado y, en especial, por el legado que le dejó su padre antes de morir. La misión de recuperar Starling City, similar a la de Batman con la ciudad de Gotham, le lleva a luchar contra los perversos ciudadanos que han corrompido la vida de toda una población. Cometido que, además, le empuja a esconderse entre las sombras, a alejarse de las personas a las que más quiere y a mantener una doble vida. En definitiva, el clásico sacrificio del héroe se plasma en esta serie en la que también se reconocen las tradicionales motivaciones de venganza, locura, honor y bien común.

Las tramas de corrupción y las de tinte más personal se entrecruzan en una ciudad donde nada es lo que parece y en la que hay realmente pocas personas confiables. El entorno de Oliver, familia, amigos o trabajo, es tan falso como su propia identidad. Las intrigas y las conspiraciones afectan a los más allegados a este superhéroe que debe elegir aprender a impartir justicia y no venganza.

Entre el elenco de personajes, siempre hay algunos que ganan en el reparto cualitativo y otros que quedan más resentidos, por ser menos originales. En este caso destaca favorablemente el opositor de “El enmascadado”, a quien no se cita por no desvelar parte de la historia, el fiel Diggle, la inocente Felicity o el teniente Quentin. Más vulgares o menos interesantes resultan Laurel o Thea, dos personajes femeninos que llegan a hacerse cansinos y poco atrayentes.

Con buen resultado, se plasma una historia sencilla pero con el grado suficiente de intriga, acción y romance para despertar la inquietud del espectador y ofrecerle un buen rato audiovisual. Efectos visuales, motivaciones de superación, aventuras de héroes de cómic y una historia paralela, que se va narrando para descubrirnos la tragedia del protagonista, llenan la primera temporada. Una entrega en la que, además, se pone punto y final a la trama conspiratoria que se plantea al inicio, lo que ofrece la capacidad de renovación para la segunda temporada que llegará el próximo otoño a las pantallas americanas y, probablemente, al canal de pago Calle 13 en España.

Firma: Mar Pons