Así nos va

Tonterías las justas, Otra movida y, ahora, Así nos va. Parece que a Flo no le gusta cambiar de formato ya que poco, o nada, se diferencia esta propuesta de las ya citadas, las cuales, además, se retiraron de la parrilla gracias a la irregular acogida por parte de la audiencia. El motivo por el que La Sexta insiste con un formato tan propicio al fracaso es un misterio. A lo que se debe sumar una falta absoluta de originalidad en sus contenidos.

Saber hacer reír y, en especial, crear humor inteligente es una cualidad reservada a unos pocos, entre los que no se encuentra el equipo de Así nos va. En general, una de las tentaciones que la televisión no logra vencer es la de utilizarlo como una excusa para el todo vale. Con esta práctica, los temas más trascendentes se ponen al nivel de los más fútiles y viceversa y, de esta forma, el sinsentido roza la provocación y hiere sensibilidades.

Por otro lado, la idiotez de los gags impregna todo el espacio y se contagia a unos colaboradores encorsetados en un guión basado en el chiste fácil y el comentario populachero. En Así nos va, los excesos conviven con la escasez. El exceso de frivolidad, gritos, sobreactuación, autoelógios e insignificancia se completa con la escasez de gusto en el vestuario, de vocabulario, de sentido común y de calidad en el sentido más amplio de la palabra. Toda una demostración de torpeza televisiva.

Firma: Mar Pons