Trollhunters

Guillermo del Toro (Pacífic Rim) firma esta serie basada en la novela juvenil del mismo nombre escrita por él y por Daniel Kraus. Se trata de la primera entrega de lo que llegará a ser una trilogía ambientada en Arcadia.

De no ser por la cantidad de efectos digitales que necesitaría, esta serie podría haberse grabado con personales reales. Trollhunters es de esos títulos que llevan a engaño por ser de animación. Es decir, no es exclusivo para la audiencia infantil. Es más, los menores de siete años (incluso un poco más, dependiendo de la sensibilidad del niño) no deberían enfrentarse a la oscuridad que acecha a la ciudad de Arcadia.

Su argumento se despliega a medida que avanza la serie. Aunque existen pequeñas aventuras que empiezan y acaban en cada capítulo, lo más importante va creciendo de emisión en emisión y, por tanto, la historia no está pensada para un consumo esporádico, sino para seguirla como hacemos con cualquier otro título seriado.

Sus protagonistas también progresan con el tiempo y ofrecen la oportunidad al espectador de identificarse con ellos y querer averiguar si la misión final tendrá éxito o no. Adolescentes, adultos, troles, gnomos y otras criaturas son los encargados de conquistar al espectador. En general, los personajes fantásticos atraen más por la novedad que aportan. No obstante, entre los humanos destacan el pobre y marginado Eli y la magistral profesora de teatro, la Sra. Janeth. Como pasa en muchas ocasiones, en realidad, gusta más lo accesorio que lo principal, ya que los protagonistas no dejan de ser lo que siempre hemos visto en la pequeña y gran pantalla.

Belleza y miradas

Lo mejor que tiene Trollhunters es su disposición para transmitir a través de lo visual. Para ello, se utiliza una técnica propia de las grandes producciones y un bello y rico mundo imaginario. Entrar en el Mercado del Corazón de Piedra desata la fantasía infantil lo mismo que habitar la casa de muñecas donde Toby ha instalado a su gnomo. Todo lo sobrehumano lleva a la infancia y lo humano nos devuelve a la cotidianidad juvenil y adulta.

En este sentido, cabe subrayar que no son pocos los elementos que buscan la mirada adulta: desde el abandono paterno a la ausencia de una familia, pasando por alusiones a la soledad y al fracaso pesimista. Por otro lado, descendiendo a la mirada juvenil, el acoso escolar, las responsabilidades, el apoyo a los amigos, la audacia para afrontar el futuro y el papel que ocupamos en este mundo son pequeños apuntes que pueden llamar la atención de los preadolescentes. En cualquier caso, no se trata de una serie infantil, ni por sus tenebrosos monstruos ni por algunas de sus turbadoras pinceladas en el guión.