Familia

Ésta es la base sobre la que se tejen las tramas semanales de una ficción que, a pesar de su débil argumento, es tramposa en su resultado. Tramposa porque engaña al espectador, que puede llegar a pensar que está ante una buena serie. Esta ilusión se debe al atractivo de unos peculiares personajes que desarman, especialmente, por sus fracasos, por sus debilidades y por el humor con el que afrontan las situaciones más dramáticas.

Familia no se explaya en ese ambiente histérico y de tono falsete, que abruma en su forma porque no tiene contenido, lo que se agradece, aunque sus tramas se desarrollen más bien en la superficie.

Por otro lado, destaca la falta de honradez de unos guionistas que abogan por los tópicos sobre el sexo o el matrimonio, entre otros, de forma parcial e incompleta. Entretenida para adultos transigentes.   

Firma: Mar Pons