Gossip girl

Serie de la cadena estadounidense The CW, creada por Josh Schwartz y Stephanie Savage, ambos presentes en The O.C., una digna precursora de las andanzas de estos pijos neoyorquinos. Si la primera temporada ya resulta reiterativa y previsible desde el segundo capítulo, ¿qué serán las otras cuatro que se han ido estrenando desde 2008 hasta nuestros días?
 
El retrato de estos jóvenes del Upper East Side de Manhattan recuerda y coincide, en ciertos aspectos, con algunas visiones literarias o cinematográficas de la nobleza de siglos anteriores, en especial la victoriana. Se detiene en sus cuitas amorosas y familias disfuncionales, se recrea en sus arquitecturas de diseño, se pierde en sus interminables vestidores y se regodea en sus lujosas comidas, flanqueadas por un impecable y decorativo servicio.

Sin embargo, en Gossip girl, tras ese fastuoso telón casi operístico de últimas tendencias, no hay apenas discurso social ni verdadero tramado narrativo. Las historias se estiran y trenzan sin control dejando la psicología de los personajes a la altura del metro neoyorquino, bajo tierra e invisible. Y es que oro parece, pero culebrón es.

En cierto sentido, podría decirse que Gossip girl es a las series lo que los Ferrero Rocher a los bombones. Envoltorio deslumbrante y estética publicitaria de disfraz de lujo, con sorpresa de simple Nutella. Por cerrar esta reflexión sobre las “pijas cotillas”, un apunte dentro del contexto contemporáneo. Dada la actual y consabida situación de crisis, es algo impúdico que una serie haga alarde de la opulencia en la que viven algunos, y la presente de modo tan seductor para un público muchas veces adolescente. La auténtica elegancia se ha esfumado.

Firma: Lourdes Domingo