Los increíbles Powell

Este producto para adolescentes tuvo una sola oportunidad para la pequeña pantalla y se quedó en una temporada de 20 episodios. Una lástima, ya que la serie reúne los componentes básicos para conquistar a un público diverso.

En su vertiente fantástica, los poderes de los personajes ayudan al desarrollo de unas tramas ligeras, increíbles y, cuando se da el caso, sorprendentes que pueden atraer a los más jóvenes. Por su parte, los adolescentes encuentran su espacio en las peripecias de los dos hijos del matrimonio. Sucesos con los que pueden identificarse tanto por el carácter de los personajes como por sus inquietudes y sus relaciones sociales o familiares.

Un valor añadido es la especial atención a las relaciones familiares, el sentido de la sinceridad y de la confianza, la aceptación de uno mismo y del prójimo y la importancia de dedicar tiempo a cultivar y fortalecer el amor conyugal y hacia los hijos.

Los actores se desenvuelven correctamente en unas historias a las que, quizá, les falta profundidad, quedándose en meras anécdotas que, apenas, interfieren en el desarrollo de los personajes. Es decir, después de la mutación, los protagonistas viven situaciones que podrían ir tejiendo y orientando los diferentes temperamentos de la familia Powell. Sin embargo, cada capítulo es como un nuevo inicio y, salvo algunos conceptos que influyen en la trama principal, estos héroes no muestran cambios definitivos en sus comportamientos.

La narración va cogiendo fuerza a medida que se suceden los episodios, pero su cancelación tras la primera temporada no ha dejado evolucionar a este producto que podría haber sido una buena oferta juvenil. Los efectos especiales, la aparición de otros mutantes, una conspiración oculta, los misteriosos experimentos con ADN humano y otras intrigas, hacen de Los increíbles Powell una ficción notable para quien disfrute con este género. Descafeinada pero con buen aroma.

Firma: Mar Pons