Luna, el misterio de Calenda

Bajo el sello de Globomedia, Antena 3 ya ha emitido dos grandes producciones que la audiencia ha recogido con entusiasmo e interés -sin que sirva de elogio al producto- El Internado y El barco. Además, la productora cuenta con otros éxitos como Los hombres de Paco, Águila roja o Aída. También, con series mucho más notables, aunque poco reconocidas como Punta escarlata y algún que otro intento menos afortunado como Buen Agente o ¿Quién vive ahí? Entre tanta variedad de estilos, parece que la empresa se atreve con todo.

En esta ocasión, la productora utiliza el efectismo de los grandes escenarios, las filmaciones en exteriores y los componentes, materializados en pequeños detalles, de las historias fantásticas y de misterio. Con la intención de recrear el paraje donde se sitúa el pequeño pueblo de Calenda, se ha grabado en lugares naturales de Segovia, en las calles de Candelario, Salamanca, y en otras localizaciones que pertenecen a la provincia de Ávila.

Con todo este despliegue se ha conseguido la adecuada ambientación para implicar el inconsciente emocional del espectador. Bosques, carreteras de paso, callejuelas de pueblo, casas antiguas, poca cobertura para los móviles y, en definitiva, un mundo rural que puede vivir al margen de todo lo que parece “razonablemente necesario” en la gran ciudad. En Calenda cualquier cosa es posible.

Con todo, un pueblo necesita sus habitantes y la serie una historia que contar. En lo que respecta a los personajes, el reparto coral ofrece siempre más posibilidades. En Luna se juega con dos grandes targets: el adulto y el juvenil o adolescente. El primero cuenta con conocidas figuras de la interpretación que pueden convencer más o menos al espectador pero que, en principio, cumplen su papel. En el segundo, como es habitual, algunos transmiten (Lucía Guerrero o Macarena García), otros aguantan (Álvaro Cervantes o Carlos Cuevas) y, entre ellos, Fran Perea sobrevive a un lastre Serrano que va a ser difícil de soltar.

En su conjunto, parecen personajes con dimensión que deberán evolucionar con la historia para convencer. Por ahora, sólo es posible afirmar que no chirrían en la narración a pesar de los básicos diálogos con los que los guionistas han “adornado” sus actuaciones.

La trama ha plantado una semilla como inicio que propone destapar enigmas, personajes fantásticos, acciones criminales, recuerdos dolorosos, historias increíbles, operaciones secretas, amores difíciles, amoríos adolescentes, secretos, persecuciones y el poder de la luna llena. Que consiga cumplir sus promesas es algo que está por ver.

Por ahora sólo lamentar que los guionistas no hayan podido contener la historia de amor entre Nacho (Fran Perea) y Vera (Macarena García) que habría sido un buen gancho si hubiese tenido tiempo para madurar. ¡Qué malas son las prisas!

Firma: Mar Pons