Summer vuelve para protagonizar de nuevo su drama playero. Aunque no esperábamos mucho del producto –solamente pasar un buen rato–, el resultado deja bastante que desear.
Un drama psicológico que se desvanece a medida que pasan los capítulos. Arranca con ímpetu y acaba lejos de lo que prometía ser.
El humor y la agudeza del guion sucumben ante la necesidad actual de ligarlo todo a la dimensión sexual. Una serie con posibilidades que acaba en el cajón desastre.
Nick Furia deja el espacio para volver a la Tierra. Una invasión secreta amenaza la supervivencia de la raza humana. Acción, humor y efectos especiales para una propuesta de entretenimiento comercial.
Jack Ryan se despide de sus fans por todo lo alto y sin defraudar. Conseguir este reto en la temporada cuatro es un éxito. Hay que destacar que Krasinski borda al personaje frente a sus predecesores en el cine: Baldwin, Ford, Affleck y Pine.
Una historia bien contada pero llena de tristeza, de desgracias y de personajes que no pueden sonreír.
Una serie compleja que entreteje dos historias a la vez. La tensión mundial después de un atentado y el complicado matrimonio de los Wayler.
La ley de Lidia Poët pierde su frescura al adentrarse en los barrizales del entretenimiento básico, rudimentario y llamativo.
Miniserie que adapta la novela homónima ganadora del Premio Pulitzer. Las irregularidades argumentales, los fallos de guion y ciertas elecciones de perspectiva deslucen el conjunto de la producción.
El universo de Los Bridgerton vuelve con una precuela muy similar al producto original. Inverosímil, con un pasado reescrito y con excesos de azúcar, es una serie ideada especialmente para atrapar a los seguidores.