La ley de Lidia Poët pierde su frescura al adentrarse en los barrizales del entretenimiento básico, rudimentario y llamativo.
Miniserie que adapta la novela homónima ganadora del Premio Pulitzer. Las irregularidades argumentales, los fallos de guion y ciertas elecciones de perspectiva deslucen el conjunto de la producción.
El universo de Los Bridgerton vuelve con una precuela muy similar al producto original. Inverosímil, con un pasado reescrito y con excesos de azúcar, es una serie ideada especialmente para atrapar a los seguidores.
Las Super-4 es una serie de animación divertida, inteligente y fresca. Sin proponer un guion fuera de lo normal, tanto el dibujo como la historia lo tienen todo para encantar al espectador.
Adaptación de una novela, la serie resalta los peores vicios del ser humano cuando se obsesiona con una felicidad a golpe de talonario.
Una animación que aparta a la pequeña audiencia por la oscuridad de sus tramas y por la complejidad del guión. No bastan la buena calidad técnica, ni el humor, ni las capacidades heroicas de sus protagonistas.
Descubre un mundo donde la sencillez se entrelaza con la diversión, y cada episodio es una oda a la infancia y a la imaginación.
Una elegante y entretenida comedia centrada en la compra-venta de falsificaciones de arte. Prime Video nos trae diez episodios de engaños, desafíos y algo de romance.
Una vez más, la Guerra Civil española. Sinónimos de guerra: lucha, pugna, conflictos, disputas, desavenencias y exterminio. Todo eso aderezado con muchas dosis de romances de cama y algún toque de suspense.
Me desperté vampira es una serie de Netflix dirigida, exclusivamente, al público preadolescente. Una propuesta con muy buenas intenciones, pero con dificultades para llegar a buen puerto.