The Americans

El espionaje ha sido un tema recurrente en el formato televisivo. En los últimos años la longeva 24 -que volverá el año que viene-, o clásicos modernos como Alias o Nikita, la mítica Misión imposible, o la actual Homeland son algunos ejemplos, de un género que parece saber sobrevivir, década tras década, a los cambios del mundo que nos rodea.

The Americans pretende captar a los amantes del género y, también, al público en general. Con una estética ochentera y la tensión de la Guerra Fría como principal aliciente, la serie aprovecha para recuperar imágenes de la época que marcó un antes y un después en la batalla entre el capitalismo y el comunismo.

El creador de la serie, Joe Weisberg, fue agente de la CIA. Quizás su experiencia personal le ha ayudado a crear la historia y ha logrado un thriller cargado de emoción, suspense y acción sin la necesidad de recurrir a efectos especiales. Como la acción sucede en los años ochenta no encontramos teléfonos móviles ni gadgets extraños o sofisticados. La serie muestra cómo los espías trabajan en la sombra y hacen lo necesario para cumplir su misión. Se recrean luchas cuerpo a cuerpo, disparos o el empleo de la seducción y la utilización de las relaciones sexuales para cumplir el objetivo fijado. Cabe hacer una mención especial a las pelucas, micrófonos ocultos y disfraces típicos de la época. También se puede disfrutar de la música, la ropa, los coches y el ambiente general de una década que marcó a la sociedad que la vivió y que hoy parece lejana.

Los personajes están bien construidos, y cuentan con profundos dilemas morales. Elisabeth es muy fría -aunque poco a poco se va matizando-, una auténtica camarada soviética que hace todo lo necesario para ayudar a su patria a acabar con los Estados Unidos. Al mismo tiempo, su marido Philip se va cuestionando su función, mientras descubre que la vida americana no le desagrada. En medio de estas dos actitudes se encuentran sus hijos adolescentes, completamente ajenos a la autentica profesión de sus progenitores. También acecha un agente del FBI y, con todo, la presión que ejerce sobre los espías se refleja en el guión y la tensión en las tramas; el trabajo de los Jennings se volverá más peligroso.

La serie consta de trece episodios en su primera temporada. Resultan entretenidos y, aunque las tramas secundarias son algo predecibles y simples, The Americans logra enganchar al espectador con sus personajes centrales. En ningún momento se hace un análisis social ni político de la época en la que transcurren los hechos. Los guionistas han trazado la hipótesis: qué pasaría si dos personas entrenadas para ser espías, que fingen ser una familia normal en territorio enemigo, resultan ser unos espías de primera.

Firma: Josep Alegret