The Flash

En dos episodios de Arrow, uno de la temporada dos y otro de la tres, ya aparecen estos personajes de cómic, en esas ocasiones para ayudar a Flecha Verde a librar a Starling City de alguno de sus crueles villanos. De hecho, en el primer capítulo de Flash, Oliver Queen (Arrow) le devuelve el favor y aparece durante unos minutos para prestarle consejo a su amigo.

Con un carácter mucho menos profundo y dramático que el de Arrow, Flash recupera las historias del personaje de DC Comics con las que el espectador solo puede esperar pasar un buen rato. La ligereza de las tramas y la buena aplicación de los efectos consiguen que el resultado sea liviano y ameno.

A la serie no le falta el componente más común: los valores del superhéroe (que se pueden traducir en la justicia, el coraje, la astucia o la defensa del más débil). Tampoco se olvida de la importancia de la familia, de la amistad, de la necesidad de guardar secretos para proteger a los seres queridos, de la lucha entre el bien y el mal o de la dualidad entre el hombre y el super-hombre.

En definitiva, Flash es una apuesta bien realizada, que entretiene por su ritmo, su propuesta imaginativa y porque, a pesar de los obstáculos, el bien sale siempre vencedor. A los episodios que presentan tramas capitulares les acompaña un hilo argumental que se irá desarrollando a lo largo de la serie (la búsqueda del asesino de la madre de Barry o el «amor imposible» del protagonista), lo que ayuda a dar un poco de trascendencia a una ficción que, sin ser innovadora, nos lleva más allá de los límites humanos por todos conocidos.

Firma: Mar Pons