Touch

Tras protagonizar ocho temporadas de 24, donde Kiefer Sutherland interpreta a un implacable agente antiterrorista, llega el siguiente y fallido proyecto para Sutherland, Touch. Con sólo dos temporadas de 13 capítulos cada una, Fox decidió cancelar una tercera entrega debido al escaso interés que despertó en la audiencia.

En Touch, Kiefer Sutherland  deja su papel de inflexible e intrépido agente para convertirse en un hombre desorientado y perdido entre unas circunstancias que le resultan tan novedosas como incomprensibles.

Al igual que Mac Taylor, protagonista de CSI Nueva York, Martin Bohm perdió a su mujer en el atentado del 11 de septiembre, hecho que trastocó su vida radicalmente. Una vez más, ficción y realidad se cruzan para revestir a los personajes y dotarles de autenticidad.

Al inicio de la serie, se presenta a un padre desbordado por los acontecimientos que sigue a la zaga las iniciativas de un inteligible preadolescente. Poco a poco, el personaje evoluciona hasta convertirse, por voluntad propia pero fundamentalmente por obligación, en un nexo que unirá destinos, salvará vidas y dará nuevas oportunidades a personas desconocidas gracias a las “indicaciones” de su hijo.

El papel de Jake está bien defendido por el joven David Mazouz. Supone el primer trabajo importante para este actor que, a pesar de su corta edad, ya ha intervenido en algún capítulo de series como Mentes criminales, The Office o Sin cita previa y en la película Amish Grace y al que, además, veremos en los próximos dos años en diferentes proyectos.

Tim Kring (Héroes) es el responsable de esta ficción cuyas tramas se desarrollan entre lo cotidiano y lo fantástico, donde los números esconden destinos y la casualidad no existe. La premisa de que los seres humanos estamos todos conectados es el puzzle con el que juega un producto que promete más de lo que da. A pesar de las posibilidades de su planteamiento, Touch no acaba de encajas las piezas para convencer. Quizá sea culpa de su complejo guión, de su desarrollo increíble o de un tratamiento demasiado superficial de una hipótesis tan trascendente. Lo cierto es que, a medida que avanzan los capítulos, la serie se torna repetitiva.

Las escenas de acción, las persecuciones y la intriga también forman parte de este producto que se deja ver y que consigue, a veces, sorprender pero que no llega a ser, ni de lejos, una oferta novedosa.

Firma: Mar Pons