Vicky el vikingo

Al clásico animado de los años 70, basado en los libros de Runer Jonsson, se le ha dado no sólo un baño de imagen con el nuevo formato en 3D, también se han actualizado las historias y se ha acelerado el ritmo de la acción. Sin duda, esta revisión carece del encanto de su predecesora y, al dejarse llevar por las populares tendencias actuales, incluye en su formato algunas características poco loables: hablarse a gritos, el conflicto permanente entre los habitantes de Flake, la manía de eructar después de comer o beber, la facilidad que tienen para insultarse o provocarse, unas historias demasiado comunes y unos protagonistas muy planos.

Todo es predecible y atolondrado en este producto animado que sólo ha aprovechado de su precursora los nombres y el escenario, pero ha perdido por el camino la idea de un producto infantil simpático y sencillo. Ahora, y a pesar de que también intentan colarse valores como el esfuerzo, el ingenio y la colaboración, Vicky el vikingo es solo una oferta más que no ha sabido justificar (ni aprovechar) su vuelta para conquistar a las nuevas generaciones. En fin, que las tres dimensiones le han quitado el relieve a uno de los clásicos.

Firma: Mar Pons