Víctor Ros

Ambientada en la España de finales del S. XIX, Víctor Ros está basada en las novelas policíacas de Jerónimo Tristante. Durante seis capítulos, estas aventuras recogen los primeros pasos de una brigada que se inicia con los microscopios, las huellas digitales y la capacidad deductiva. Resulta curioso, después de tanto C.S.I. y propuestas similares, adentrarse en una época en la que descubrir al culpable de un crimen era más cuestión de suerte o de dejadez que de trabajo minucioso.

Por otro lado, también se intenta retratar una sociedad anclada en las tradiciones y en los «siempre se ha hecho así», donde la mujer no tenía capacidad de voto y el poder se distribuía entre los ricos y Grandes de España. Sin la capacidad de dejar los criterios personales al margen, el guión carga las tintas a favor de lo políticamente correcto y en contra de «lo que no se lleva». Así, la Iglesia, representada por un cura intransigente, se retrata nada misericordiosa ante las «pobres» prostitutas asesinadas.

Al margen de estas consideraciones, se le reconoce a esta ficción una ambientación cuidada y un trabajo de documentación creíble. Se la ha criticado por las recreaciones gráficas de la capital de 1890, sin embargo, a pesar de su introducción perceptible y mejorable, otros ambientes más cerrados consiguen trasladarnos a la época en cuestión.

A nivel interpretativo, el elenco convence, si se tiene en cuenta que no se trata de encarnar a complejos personajes ni de representar dramáticas actuaciones. A su credibilidad contribuye el hecho de que la historia se componga con un final ya cerrado y los personajes y los argumentos no deambulen a merced de la audiencia.

La narración cuenta con unas sencillas tramas capitulares, cuyo objetivo se divide entre reforzar la imagen del protagonista y dar contenido a cada capítulo. Por su parte, la que es la trama central da unidad a una serie que, de haberse ambientado en lugares más agradables que los burdeles (con lo que su actividad conlleva), Víctor Ros podría haber resultado un producto entretenido para una audiencia más amplia.

Firma: Mar Pons