Assassin’s Creed IV: Black Flag

Nuevo protagonista, nueva ambientación

Violencia sin límites

Donde el juego no varía es en su sistema jugable. A modo de sandbox, podemos movernos libremente tanto por tierra como por mar, siente estas últimas fases muy innovadoras.

A pie, podemos escalar cualquier casa o edificio, teniendo total libertado para realizar cualquier acción. Podemos atacar inocentes, a guardias, contratar cortesanas para que distraigan a los oficiales, ayudar a personas que están siendo atacadas, etc. La estructura de las misiones peca muchas veces de ser repetitiva. Y es que, en muchas ocasiones nos toca seguir al sospechoso de turno por después acabar asesinándolo.

Cuando nos montamos en el barco, la historia cambia. A bordo del Jackdaw nos espera un nuevo mundo abierto. Podemos entrar en conflicto con otros barcos por, posteriormente, abordarlos. Pero también podemos atacar fuertes que controlan las diferentes partes en las cuales se divide el mapa, inspeccionar parajes naturales, encontrar tesoros o cazar.

Con todo esto, viajamos por diferentes colonias, como La Habanna, Nasáu o Kingston donde avanzamos en el conflicto entre templarios y asesinos para encontrar un observatorio con el cual contactar vestigios con la civilización anterior.

Conclusiones

Assassins Creed IV: Black Flag es una continuación decente de una saga que necesita reformularse después de tantas entregas. Dando libertad al jugador, este puede hacer lo que quiera, ya sea en forma de exploración, de misiones secundarias o de principales, que siguen un argumento bastante decente. A su favor se tiene que decir que el personaje de Edward es bastante más profundo que el de Connor, protagonista de Assassin’s Creed III. Este descubre que la vida va más allá de conseguir bienes materiales, remarcando valores como la amistad o la paternidad.

A nivel de contenido es un juego +18 en todos los sentidos. Es violento en su conjunto y bastante explícito. Además otorga al jugador la libertad de poder atacar a inocentes o a los antagonistas. A diferencia otras entregas, aquí el componente erótico ha sido eliminado, pero no por eso lo han sido las insinuaciones o el lenguaje grosero. En su conjunto, un producto destinado exclusivamente para mayores de edad, a pesar de que no se demasiado adecuada en muchos sentidos.

Firma: J. Carlos Amador