The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Análisis

The Legend of Zelda: Breath of the Wild nos vuelve a meter en la piel de Link, que después de haber pasado cien años dormido, “despierta” a la vida para enfrentarse al malvado Ganon, liberar a la princesa Zelda y reconstruir el destrozado reino de Hyrule.

Con este gran objetivo en el horizonte, se abre un gigantesco mundo lleno de vida en que nos esperan horas y horas de exploración, plataformas, acción y puzzles.


Un sandbox grandioso

Hyrule es todo aquello que los fans de la saga habíamos soñado siempre: un mundo gigantesco lleno de retos. La premisa del juego es muy sencilla: somos libres para hacer lo que queramos. La tarea principal se centra en derrotar a las cuatro bestias divinas para enfrentarnos, con ciertas garantías, al malvado Ganon. Sin embargo, entre medio y para salir triunfantes en estos enfrentamientos, podemos hacer lo que nos apetezca. Visitar una aldea, investigar un templo, escalar una montaña…

Pero lo mejor de todo, y lo que hace que tengamos ganas de explorar y explorar, es que todo lo que hacemos tiene una recompensa. Que ayudamos a un aldeano de Kakariko a guardar sus gallinas, recibiremos un regalo de lo más útil. Por otro lado, si nos disponemos a completar uno de los 120 templos opcionales, recibiremos un orbe de valía para mejorar nuestro vigor o nuestra vida… Y, así, con cada tarea.

Tal es la libertad y los retos que nos propone el juego que podremos acceder a cualquier lugar que esté en el mapa. Desde una montaña altísima hasta una zona subterránea. Todo está perfectamente conectado como sí de un magnífico puzzle se tratara. De este modo, y a diferencia otros juegos tipos sandbox o de mundo abierto, no tenemos un escenario gigante sin más, sino que hay una razón por la cual investigar todo el mapa.

¿Plataformas, acción, aventura?

Después de haber jugado bastantes horas, podemos decir que Breath of the Wild combina con gran maestría todos los estilos que propone. Estamos ante una aventura en tercera persona de mundo abierto. En ella encontramos misiones principales y multitud de propuestas secundarias. Así mismo, los puzzles abundan en cada una de ellas. Los templos que nos permiten conseguir orbes de valía, por ejemplo, suponen todo un reto de habilidad y de estrategia. Tendremos que combinar nuestros diferentes poderes –imán, paralizar, bombas y hielo- para conseguir pasar al siguiente nivel. En más de una ocasión tendremos que sudar tinta para dar con la solución.

Por otro lado, la acción es un elemento esencial. Continuamente tendremos la oportunidad de combatir contra enemigos muy variados. Desde pequeños orcos en un campamento, hasta grandes animales salvajes e incluso máquinas –sin olvidarnos de las cuatro bestias divinas-. Para salir victoriosos de estos enfrentamientos, disponemos de decenas y decenas de armas que tienen una resistencia determinada. Es decir, aunque recibimos un arma muy poderosa como recompensa no nos facilitará la tarea –tenemos espadas, lanzas, arcos, fechas de diferentes tipos, guadañas…– puesto que a los cuatro o cinco golpes, se romperá. Por eso es esencial investigar todo lo que nos rodea y conseguir otros ítems.

Aquí la estrategia también es básica. La salud no se recupera automáticamente, sino que tendremos que cazar o recolectar frutos que, una vez ingeridos, nos recuperen los corazones que indican la vida. Además, si cocinamos, conseguiremos alimentos más reconfortantes. Todo esto hace que antes de abordar una batalla complicada, tengamos que proveernos y equiparnos con cierta sabiduría.

Finalmente, como todo Zelda, es un plataformas en estado puro. Escalar montañas, navegar por ríos, saltar de un lado a otro… Es decir, cumple con las características básicas de cualquier título del género.

¿Portátil o en la televisión?

A pesar de que el juego también sale en Wii U, la versión que hemos probado es la de Switch. El juego ha abanderado la nueva consola de Nintendo, siendo el gran reclamo inicial de la misma. No es papa menos. Evidentemente, cuando lo jugamos en la televisión, el apartado gráfico es genial. La naturalidad con la que la brisa mueve las hojas, cómo salpica el agua cuando andamos o el paso del día, son algunos ejemplos. Pero lo mejor de todo es cuando decidimos jugarlo en la pantalla portátil de la consola. Está a años luz de cualquier otra portátil que hayamos podido probar. 3DS tiene una potencia limitada, si bien los juegos son bastante vistosos. PS Vita tiene un gran potencial, aunque casi ningún juego hace gala de esto. Switch está a otro nivel. Ver un juego como este en una pantalla portátil resulta una experiencia única para cualquier usuario.

Un juego para todo el mundo

La calificación PEGI de Zelda: Breath of the Wild es +12. Se trata de una aventura con toques de acción que no resulta ni demasiado violenta y, mucho menos, sangrienta o visceral. Además, esta acción no es gratuita –como sí pasa en otras sandbox– y todo está creado con un estilo muy colorido y visual. No hay palabrotas ni uso de brujería –las habilidades de Link no son hechizos-.

Lo mejor:

Es un juego amplio, repleto de vida, pleno de posibilidades…
La libertad con la que podemos afrontar la aventura.
Jugarlo en la pantalla portátil de Switch es una experiencia única.

Lo peor:
Poco negativo se le puede atribuir.

Conclusión:

The Legend of Zelda: Breath of the Wild es uno de los mejores títulos a los que hemos jugado en los últimos años. Su propuesta respeta la saga pero innova en todo. Es ambicioso pero consigue cumplir con lo que se propone. La libertad es gigantesca y todo lo que habita y existe en Hyrule tiene una razón de ser. Su fórmula de acción-recompensa da sentido al hecho de que investigamos el extenso mapa. Y, por si fuera poco, su calidad gráfica es brutal –especialmente en Switch, aunque también en Wii U-.

ficha técnica

Género: Aventuras

Subgénero: Rol, Sandbox

Plataformas: Wii U

Fecha lanzamiento: 03/03/2017

Público

+12 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Escribir una crítica sobre el nuevo Zelda no es una tarea fácil. Primero, porque es una de las aventuras más colosales a las cuales hemos jugado. Segundo, porque es, por así decirlo, el primer juego de Switch, por lo tanto es una consola con mucho recorrido por delante como para comparar con otros juegos. No obstante, ya os podemos avanzar que es una de las mejores aventuras a las que hemos jugado en los últimos años. Así es The Legend of Zelda: Breath of the Wild.

Idiomas: Castellano

¿Juego en red?: 0

Número de jugadores: 1

Precio: 69,95€ (Switch / Wii U)

Distribuidora: Nintendo

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